El pasado 17 de diciembre ha quedado publicada y en vigencia la nueva norma IRAM 1893, relativa a la determinación de la temperatura del hormigón en estado fresco. Este método de ensayo era un aspecto normativo pendiente de resolución por parte del Subcomité de Hormigones de IRAM, visto que a la fecha contábamos en Argentina con requisitos aplicables tanto en el Reglamento CIRSOC 201, en los pliegos de especificaciones y en documentos de especificación de proyecto y construcción, aunque no de un método normalizado para su control.
El proyecto borrador de esta norma resultó de un estudio inicial de la Comisión técnica de ICPA Hormigón y sus Aplicaciones, y fue elevada a consideración de IRAM en el mes de marzo de 2017, utilizando como antecedentes principales a las normas ASTM C1064 -12 y la CSA A23.2-17C. El tratamiento en el Subcomité de IRAM se realizó desde mediados de 2018, siendo finalmente aprobada por el Comité General de Normas de IRAM en octubre del corriente año.
Esta norma es aplicable a los hormigones elaborados con agregados de tamaño máximo nominal no mayor a 75 mm, y comprende la definición de los requisitos a cumplir por el instrumental, así como la descripción del procedimiento de ensayo a emplear, el que debe efectuarse mediante termómetros de inmersión de diseño que su sonda o sensor se sitúe en el interior de la masa de hormigón a, al menos, 75 mm o 3 veces el tamaño nominal del agregado (lo que resulte mayor). El resultado se debe expresar con aproximación a 0,5 °C, y de debe obtener a partir de mantener el termómetro en posición de inmersión hasta que la lectura se estabilice, por un tiempo de, como mínimo, 2 min y no más de 5 min.
Un aspecto relevante de esta norma es la incorporación de un anexo de carácter normativo, que establece un método para la verificación interna de los termómetros de trabajo a partir de termómetros de referencia calibrados. Ello facilita a los usuarios la implementación de un procedimiento sencillo y validado, replicable tanto en laboratorios de producción como de entidades dedicadas a servicios de ensayo a terceros, para la verificación de sus instrumentos de trabajo de rutina mediante contraste de sus lecturas con respecto a las de un termómetro de referencia de mayor calidad metrológica y previamente calibrado, lo que permite reducir los costos de gestión de la Calidad asociados. Asimismo, este anexo ha sido concebido de manera tal que resulta aplicable a la verificación interna de termómetros de trabajo que se emplean para otras determinaciones, e incluye además un ejemplo demostrativo para orientar al usuario sobre su aplicación.
