“El Hormigón y el Futbolista”

Paralelo entre el ciclo de vida del futbolista y el del hormigón

El lector potencial podrá preguntarse qué me motiva a presentar una serie de slides referida a un tema tan inusual; voy a tratar de explicarlo.

He tenido y tengo otras, pero dos pasiones se apoderaron de mí desde joven: el estudio del material hormigón y el fútbol. Me voy a referir a la segunda.

He jugado al fútbol desde la escuela secundaria hasta la edad de 65+ años. He participado en torneos universitarios, en el torneo interno del Club C.U.B.A., en un torneo interno del INTI (en el que recibí la copa de goleador, aún existente, aunque algo corroída, … ganada por sorteo ya que terminé empatado con otro jugador) y en torneos de veteranos del Fussball Club Aarau en Suiza. En lo que es hoy Holcim, jugué en tres ocasiones la llamada Max Schmidheiny Cup[1] y organicé unos picados los días martes al finalizar el trabajo, que seguían jugándose al retirarme de la compañía en 2011. Ya desde hace varios años “colgué los botines”.

Como espectador, he sido frecuentador de estadios, siguiendo a mi querido San Lorenzo de Almagro. Ignoro por qué me hice hincha del Ciclón, ya que mi padre era de Gimnasia y mi madre de Estudiantes (ambos Platenses).

He ido a tres mundiales (1990, 1994 y 2006) y he tenido el privilegio de ver jugar en vivo a los más grandes (Pelé, Maradona, Messi) o famosos (Cristiano Ronaldo) jugadores del mundo, aparte de a innumerables ídolos del fútbol argentino. Tuve platea en el Viejo Gasómetro, donde vi jugar al extraordinario y polémico “Nene” Sanfilippo y al para mí mejor equipo que tuvo San Lorenzo, “Los Matadores” de 1968. Aún hoy, cuando voy a la sede administrativa de Avenida La Plata y Las Casas, no puedo dejar de dar una vuelta “olímpica” por las calles – que no han cambiado tanto – que rodean al sitio donde se levantaba (y ojalá se vuelva a levantar) el viejo estadio; confieso que me emociono y que se me aflojan las piernas…

Hecha esta introducción, voy al origen de la presentación que comparto con los distinguidos y queridos lectores del Boletín.

El gerente de Hormigón Elaborado de Holcim en Rumania (Anastas, colega y buen amigo) organizó un evento monumental para sus clientes (en su gran mayoría constructores) en un complejo turístico, no lejos de Bucarest, para el 9 de junio de 2008. Ese día, Rumania jugaba contra Francia el primer partido de su Grupo en la Eurocopa. El evento contemplaba proyectar el partido en pantalla gigante, con una serie de “picados” (me fue muy bien) y competencias de habilidad futbolística, como patear para embocar la pelota en un panel con huecos (me fue muy bien), gambetear conos (me fue muy mal, tropecé y proyecté la pelota contra unos arbustos con la consiguiente pérdida de puntos…), etc. En ese contexto, Anastas me pidió participar con una presentación que vinculara de algún modo al fútbol con el hormigón… ¡menudo desafío! Lo primero que se me ocurrió fue una descripción de los principales estadios del mundo y su diseño estructural, pero me pareció algo demasiado obvio y poco entretenido. Pensando, pensando, se me ocurrió la idea de comparar el ciclo de vida de un futbolista con el del hormigón estructural, con el resultado que estas líneas de contexto introducen. El primer slide lo usé para romper el hielo, pidiendo a los presentes que intentaran identificar a los jugadores que iba mostrando de a uno; quedé gratamente sorprendido porque la mayoría fueron correctamente identificados. Como verán, la presentación intenta transmitir el mensaje de que hay que tratar bien al hormigón en su infancia para que muestre un buen desempeño durante su vida útil, algo que frecuente y lamentablemente se olvida o se omite.

Ahora, la motivación de sacar esto a la luz está vinculada, créase o no, a la Academia Nacional de Ingeniería. En efecto, el sábado 2 de marzo, mi querido amigo – y miembro de la Academia – Gustavo Devoto (con quien compartí no sólo estudios sino vestuario y campos de juego) me hizo llegar el enlace https://www.youtube.com/watch?v=Z9xeAhe_imI

Allí, otros dos distinguidos miembros de la Academia, José Luis Roces y Raúl Bertero, discurren con autoridad sobre el tema “El fútbol no es divertido”. Me sentí tan identificado (ambos son “Cuervos”) que me vino a la mente aquel recuerdo de Rumania y la idea de exhumarlo.

Les pido disculpas por alejarme de los temas estrictamente técnicos que suelo abordar en este Boletín (a los que pienso volver) y espero que la presentación les arranque alguna sonrisa piadosa y complaciente.

Cordiales saludos

Roberto Torrent

Coldrerio, Suiza

4 de marzo de 2024

 

[1] Torneo disputado por personal de las empresas fundadas o pertenecientes al magnate: Holcim, Eternit, Brown Boveri, Wild, etc. (https://www.tagblatt.ch/ostschweiz/appenzellerland/52-max-schmidheiny-cup-ld.520911).

“El Hormigón y el Futbolista”